Tal y como nos habían dicho nos reunimos para la cena, presentándonos todos con nombre y lugar de procedencia, además de españoles el peregrino más lejano era una señora de unos 60 años que venía de Méjico y que sola, estaba decidida a llegar a Santiago. En las mesas contiguas se oía hablar sobre todo en francés y algo de alemán.
Excelentes recuerdos, soy la señora que desde México inicie la magica experiencia y Gracias a Dios que me permitió llegar a Santiago y no sola, rodeada de multiples angeles en foma de amigos que me acompañaron todo el tiempo,.... españoles, alemanes, ingleses, canadienses, brazileños, a todos Gracias, gracias por su presencia.....Martha Revilla
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